Contacto

Ponte en contacto conmigo: diariodeundramaanunciado@gmail.com

jueves, 3 de mayo de 2012

Lo siento, tenía que decirlo.

Desayunaba yo cuando eran las 8:30 de esta mañana, leyendo un artículo de mi amiga Nikki sobre prostitución.
Parafraseándola, si de algo entiende Nikki en esta vida, es de putas.
Pero no es la única que entiende, yo entiendo menos que ella en lo que a Chueca y tal se refiere pero de putas también sé un rato. Pasa que ella entiende de las que cobran en dinero, yo de esas conozco menos.
Pero no por no cobrar en cash una es menos puta, no os creáis. Putas hay en la calle Montera y en el Barrio De Salamanca. Y en vuestro círculo de amistades seguro que también.

Hay quien presta un servicio sexual y cobra por ello: las prostitutas que tan mal vistas están.
Hay quienes, en cambio, no prestan un servicio, se venden. A cambio de dinero unas veces (la señora que pega un braguetazo no presta un servicio, se vende, hipoteca su vida), de un trabajo otras, de un poco de autoestima, de placer, de venganza.. Hay muchas formas de prostitución.

Yo misma me he prostituido, a cambio de afecto porque yo de siempre he sido como muy romántica pero a venderte por un abrazo o similares también se le puede llamar prostitución, no cobras en dinero pero algo es algo, cobras en lo que necesitas y yo no era dinero lo que necesitaba.

El problema, como siempre, es hasta dónde estás dispuesto a llegar. Por pagarte el tren de vida que llevas, el chute de esta noche, el polvo de mañana, lo que sea. A quién estás dispuesto a traicionar para conseguir lo que necesitas.

Yo no soy precisamente un ejemplo en este sentido pero sí hay algo por lo que nunca hubiera pasado: por la amistad. Yo podía traicionar a mucha gente para obtener lo que necesitaba pero no a un amigo.
A mí sí me vendieron amigos. Por eso en un momento dado decidí retirarme del mercado amistoso: evita la ocasión y evitarás la decepción. Pero al cabo de un tiempo me di cuenta de que eso no era sano, es normal tener amistades y que se acaben, que te hagan daño, etc. Como en las relaciones de pareja. Así que bueno, ahí me mantuve, con bastante poca fe en esas amistades pero bueno, me dejaba llevar.
El caso es que ya me lo decía mi ex: la gente no cambia. Pues no hijo, no, tengo que darte la razón: alguna gente nunca cambia. Alguna gente te envidiará siempre, te la clavará siempre, querrá siempre lo que tú tienes, lo que tú has tenido, alguna gente siempre, siempre, siempre encontrará la forma de decepcionarte, de venderte para conseguir lo que necesitan. Alguna gente mete la pata siempre.

Y claro, yo no es que en ese sentido estuviese muy tranquila. Que no hable de las cosas no significa que no estén ocurriendo. Yo no soy del tipo de persona que acaba de conocer a alguien y le cuenta su vida entera. A mi pareja, que es quien mejor me conoce junto a mi madre, hay cosas que tampoco le he contado. Son cosas íntimas, cosas mías que ora porque me duelen, ora porque no se pueden contar me he callado.
Pero que me calle, que no hable del tema, que corra una cortina de humo por encima no significa que algo no esté ocurriendo.
Y me vienes a mí a hablarme de eso.. y me dan ganas de matar porque me pregunto qué coño tienes en la cabeza.
¿Que qué me parece que te acuestes con mi ex? Pues me parece más o menos lo mismo que te parece a ti que yo me acueste con el tuyo. Ni más, ni menos.

Después llegas tú, te cuento las cosas, hablo contigo, desapareces. Haces que yo desaparezca. Y me vendes tú también, me vendes como me has vendido tantas otras veces antes, me cambias por cualquiera que esté más cerca de ti que yo.

Y no sé qué hacer. No sé qué hacer porque dos personas que eran importantes para mí me traicionan, me exponen, me venden, me chupan todo lo que tengo y luego se van, vampiros emocionales, sexuales, económicos, de todo tipo. Cuando ya me habéis saqueados, os vais.

Y no quiero saber dónde estáis. No quiero saberlo porque no me va a gustar.

Luego os preguntáis por qué él y vosotros no. Pues porque él no me chupa la sangre y me deja desangrada en el suelo. Porque él no me deja llorando en la oscuridad. Porque no me vende. Porque no me engaña. Porque no me traiciona. Porque es íntegro.

Él y no vosotros porque él no es una puta barata dispuesta a matar a quien sea por un poco de dinero o de caballo. No es una puta rastrera que vendería a su propia madre por un chute. Él porque no es, de cuantas pueda haber, la más puta de las putas miserables. Y vosotros sí.

1 comentario: