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viernes, 25 de mayo de 2012

La República Bananera De Mis Santos Cojones.

Ayer me volvió a saltar a la cara un tema que me pone muy nerviosa: el de la verdad.

- Tú piensas y piensas, argumentas, razonas y razonas y razonas y le das vueltas intentando demostrar tu verdad.

Preferí dejarlo pasar porque no era el momento ni el lugar de perderse en pláticas filosóficas sobre qué es la verdad y si es un concepto subjetivo u objetivo.

Os daré un par de ejemplos de verdades objetivas y subjetivas.

1. Según el calendario Cristiano hoy es viernes día 25 de Mayo.
Esto es así y no hay más y si llama ahora mismo un fulano a mi puerta diciéndome que según el calendario Cristiano hoy es 3 de Julio, será mentira. En cualquier calendario Cristiano que miréis en el momento en el que yo escribo esto, hoy es viernes 25 de Mayo. Punto final.

2. El ordenador desde el que escribo es mío. No tiene mi nombre grabado pero es de mi propiedad puesto que yo lo compré, lo pagué y le doy uso y en ningún momento he cedido su propiedad a nadie.
De modo que si llama a mi puerta el fulano que dice que hoy es 3 de Julio y me dice que este ordenador es suyo, estará mintiendo de nuevo.

Estas son verdades objetivas. En el momento en que escribo estás líneas es día 25 de Mayo del 2012 y el ordenador desde el que escribo es de mi propiedad.
Si esto no os parece correcto, dejad un comentario y veréis, con una simple frase, como os convenzo.


1. - Mire caballero, le voy a hacer una cura un poco aparatosa, si le hago daño, avíseme.

- ¡Ay, me duele!

- Pues no he hecho más que empezar... dígame, en una escala del 1 al 10, ¿cuánto le duele?

- 8.

Bien. Puede que mi umbral para el dolor sea diferente del de este señor porque cada uno tenemos un umbral diferente para el dolor. Puede que yo dude de que lo que le estoy haciendo pueda ser un dolor de 8 en una escala del 1 al 10. Pero que al paciente le duele, eso es seguro. Y que si jura y perjura que el dolor es de 8/10, le está doliendo bastante.
Esto es una verdad subjetiva porque yo no tengo modo de demostrar que el dolor de este señor es 8/10 ni tengo forma de probar que debería de dolerle más o menos. La verdad para el paciente en ese momento es que le duele mucho y el hecho de que a mí no me duela nada no significa que el paciente mienta.


2. -¡Esta paella está súper rica!

- Qué dices, esto no es paella, es revuelto de arroz con trozos de pollo y pimiento, mira, el arroz está esgachao, no tiene suficiente azafrán, le han puesto maíz y la paella de verdad no lleva. Además le falta sal. Esto está malísimo, voy a pedir que nos lo cambien por otra cosa.

Bien, puede ser que el arroz esté esgachao, que la paella no deba de llevar maíz y que le falte azafrán. Pero eso no quita que a mí me pueda parecer que esté bueno y que no mienta cuando digo que me gusta. No por estar el plato mal cocinado tiene que ser mentira que me gusta y no por gustarme tiene necesariamente que estar bien hecho.

Esas son verdades subjetivas, como que el rosa es un color de niña, que los días grises son deprimentes etc. El color rosa puede ser ciertamente un color de niña para mí pero si busco la definición de rosa en el diccionario de la RAE (en cuanto a color, no en cuanto a flor), no encontraré: rosa, color de chica de la gama de... De hecho ni siquiera a mi pareja tiene por qué parecerle un color de chica, las connotaciones que una sociedad le asigne a cierto objeto / persona / clima etc no son verdades universales, son algo más complejo en lo que no me voy a meter ahora.

En cambio es una verdad objetiva que en este momento en el que escribo es viernes 25 de Mayo y tengo un mono de tabaco que no sé qué hacer para controlarlo.
Del mismo modo que es una verdad objetiva que llevo mis primeras 24 horas sin fumar.
Tengo signos y síntomas de mono (síndrome de abstinencia queda mejor pero estamos entre amigos), llevo 24 horas sin fumar y no 38 ni 16 y mañana a estas horas el mono real debería de estar a punto de terminar.

Que mañana a estas horas yo siga con ganas de fumar es otro tema que no tiene nada que ver con el síndrome de abstinencia físico, esa parte ya la habré superado. Mi cuerpo no necesitará fumar (ahora mismo sí lo necesita porque la falta de nicotina, sustancia adictiva a la cual yo lo había acostumbrado, lo está desestabilizando y me provoca una serie de síntomas que son tan reales como normales). Mi cuerpo habrá dejado de necesitar nicotina, el mono físico se habrá acabado, mi cuerpo empezará a acostumbrarse a no recibir más nicotina y a funcionar sin ella.
Mi cerebro en cambio seguirá asociando el tabaco a momento agradables (el piti de después de comer, de salir del cine, de salir de la ducha, el piti de antes de irme a la cama...) y me seguirá pidiendo que haga lo que al momento de turno le falta: echarme un piti.

Desacostumbrar al cerebro es un proceso mucho más largo y complicado que desacostumbrar al cuerpo, probablemente mañana a estas horas no me haya dado cuenta de que el mono físico ha terminado porque seguiré con el psicológico.

Pero lo cierto, diga Perico El De Los Palotes lo que diga, es que mi cuerpo ya no necesitará nicotina. Ya se habrá acostumbrado a funcionar sin ella. Por muchas ganas que yo tenga de enganchar un paquete entero y pulírmelo en diez minutos, por mucho que esté de mala uva, nerviosa, ansiosa etc... lo cierto es que ya no necesitaré fumar. Es una verdad objetiva, científica, demostrada. Y no hay más.

Por eso cuando ayer oí esas palabras, esa es tu verdad, de quien las oí, tuve ganas de pegarme un cabezazo contra la mesa.

La verdad es la que es: matar está mal, que sea aceptable y comprensible en caso de defensa propia no quita que no esté bien privar de la vida a otra persona.

Hay cosas que son aceptables, que son comprensibles, pero la verdad es que están mal, esa no es mi verdad ni la verdad del padre de Domingo Ortega, es la verdad a secas.

Si todo en esta vida es subjetivo, si no existen verdades absolutas, pilares robustos sobre los que sostenerse... ¿qué nos queda? Ya os lo digo yo: NADA.

Por eso sé que lo que alguna gente que he conocido y me ha rodeado me ha hecho está mal y esa es la verdad pura y dura, pueden intentar explicarlo, justificarlo y lo que buenamente quieran. Pero la verdad es la que es.

Cada uno no tiene, como se empeñan los programas de televisión en decir, su verdad, si Fulanita ha ido a contar que se ha acostado con Menganito que en aquella época estaba con Perenganita, eso está mal porque la intimidad de dos personas le pertenece única y exclusivamente a ellas y airearla por despecho, por dinero o por lo que sea, está mal, punto.
Y si hubo coito entre Funalita y Menganito, no es la verdad de Fulanita que se acostó con Menganito, es la verdad a secas. Si Menganito cuenta a la semana siguiente que no se acostó con Funalita, esa no es su verdad, es una mentira.

Cierto es que cada uno tiene su propio código moral, su propia escala de valores pero hay valores que deben de ser comunes, verdades que deben de ser verdades sin más y no la verdad de uno o la verdad de otro y debe de haber unas bases sobre las cuales asentar ciertas conductas. Porque vivimos en sociedad, y si no hay puntos en común, leyes para todos, verdades objetivas, valores que compartamos.. entonces esto es la guerra. Todos contra todos, cada uno puede hacer lo que se le venga en gana y llevarse por delante a quien quiera.
Y así es imposible vivir en sociedad.

No es una verdad relativa o subjetiva que mi libertad termina donde comienza la tuya porque si hago uso de mi libertad para lanzarte una piedra a la cabeza y poder matarte según la fuerza y el lugar del impacto, me he cargado tu libertad y tu derecho a la vida.

Porque libertad, derechos y obligaciones son tres conceptos que no pueden existir el uno sin el otro. Y es más, son tres conceptos que necesitan de una verdad objetiva para descansar.

Así que vamos a tratar de no ser todos tan individualistas porque cuando creéis que tal cosa es vuestra verdad, que estáis en vuestro derecho y en la libertad de hacer o decir cual cosa, estáis aislándoos, estáis arrinconándoos en la sociedad. Quien actúa siempre en base a sus propias apetencias y deseos y se pasa por el arco del triunfo la más que gran posibilidad de que puede hacerle daño a otro, se aisla, se va alejando de la sociedad y esta sociedad a su vez le va dando de lado porque esa persona es dañina para ella.
Para la sociedad en la que vivimos, por mucho que los medios de comunicación y empesas publicitarias se empeñen en hacernos creer lo contrario, lo saludable es que nos respetemos y apoyemos unos a otros.
Y por mucho que, nuevamente, medios y publicistas se empeñen en hacernos creer que con tal coche o cual pantalón seremos aceptados en la sociedad, me atrevería a decir que lo único que realmente necesitamos y deberíamos de necesitar para pertenecer a ella es compartir y respetar sus normas. Apoyar al que tengo al lado y no pensar sólo en mí mismo y en lo que yo quiero. Porque puede que cuando yo necesite al de al lado éste ya no esté. Ni él ni el resto de esa sociedad. Puede que entonces yo ya esté completamente fuera de ella. Y os daréis cuenta que vivir al margen de la sociedad, sin nadie que te eche una mano, sin ningún tipo de sentimiento de pertenencia tribal y sin ayudas algunas es harto complicado y doloroso.

Y volver a insertarse en la sociedad puede que lo sea todavía más. Puede incluso que no lo consigas nunca.


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