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miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Alguien sabe cómo hacer una maleta con mesura y acertadamente? Que deje comment explicándolo, por favor.

Queridos hermanos... esto, queridos amigos: gracias por la cantidad masiva de visitas al blog estos días, casi me caigo de culo cuando vi las estadísticas :)

Entraba yo a contar, a quien pueda interesar, que me acabo de enterar (bueno vale, me he enterado hace unas horas) de que me voy de viaje mañana. Así que los posts sobre los diferentes tipos de pijos, cosas de hospitales y demás tendrán que esperar a la vuelta porque sólo voy a tener internet en el móvil.

A la vuelta prometo continuar con los posts que faltan y todo lo que queráis.

Mientras tanto sed buenos, cuidaos, cuidadín en la carretera si cogéis el coche y nos leemos a la vuelta :)


¡Besitos!
xXx

lunes, 26 de marzo de 2012

Tipología pijíl.

Estaba yo jaquecosa esperando a que la medicación me hiciese efecto cuando he entrado en mi Facebook y me he encontrado con una actualización de Lucía Etxebarria sobre los problemas de las mamás en el cole de sus nenes. Total que la cosa ha degenerado y hemos terminado hablando de pijos. Esto es así señores, se empieza hablando del tocino y se acaba en la velocidad, qué quieren que les diga.

Yo he vivido y me he relacionado con muchas clases distintas de pijos, entre la fauna pijíl hay tema para escribir diez libros. Pero como no tengo tiempo, aptitudes ni ganas de escribir no ya diez libros sino medio siquiera voy a analizar los dos tipos que más inquietud me generan: El Pijo Vaticano y El Pijo Quiero Y No Puedo.



1. El Pijo Vaticano, El Señorito Andaluz, El Gominas o El Castellanos.

Este pijo es muy fácil de reconocer por su uniforme:
- Pelo larguito pero sin pasarse que para eso están Los Greñas, eso es más un tipo Beatle , a ser posible que caiga sobre los ojos y según la ocasión, puesto de gomina hasta las trancas.
- Camisa con sus iniciales, no sea que en la lavadora de casa se confundan con las del padre o los dieciséis hermanos.
- Cinturón con la bandera de España.
- Pantalones chinos con pinzas.
- Zapatos castellanos, naúticos o en verano, alpargatas.
- Relojón clásico pero de marca.
- Pulserita con la bandera de España.
- Cadenita de oro con cruz o escapulario, a elegir.


No le veis la cadenita, los chinos ni los Castellanos pero os prometo que están ahí.
El largo del pelo así es ideal más ya son greñas.




¡Ay qué sonrisilla, mare! Arreglao pero informal, el Barbour en invierno que no falte en cualquiera de sus versiones y colores.


Por cierto, no tengo nada a favor ni en contra de Chemita pero es que me viene al pelo para ilustrar el estilo Pijo Vaticano.




Este pijo lleva una vida aparentemente normal de aperitivos, paddle, paseos por la sede de Génova y fiesta con los amigos.
La realidad es más complicada: coca, alcohol a gogó, estampar el cochazo de papá en alguna calle céntrica, irse de putas un mínimo de una vez por semana, fetiches raros, aversión por los gays, lesbianas e izquierdosos y por los suburbios en general.
Ellos son la crème de la crème y deben relacionarse con su gente de su misma posición para preservar su especie.
La mujer es un ser inferior que sirve para llevar la casa, parir y poco más. No, ni siquiera para el sexo, para eso están las profesionales, cuantas más mejor. La suya en la cama modosita y sosita, decente.
Este tipo de pijo entre semana y los sábados hace lo que se le viene en gana porque para eso es El Hijo De Dios y él hace siempre lo que le sale de los cojones porque es un macho y como tal ha de comportarse.
El Domingo va a misa de 12, se confiesa y se arrepiente de sus pecados y al salir toma el aperitivo con los amigos de la parroquia. El Domingo es día de guardar y como además están de bajón por los copazos y el polvo mágico están para pocas alegrías. El Lunes ya es otra cosa, vuelta a empezar. Total el Domingo le van a perdonar todos los pecados o sea que de Lunes a Domingo aprovechemos y pequemos a placer y el Domingo Dios proveerá.

La Pija Vaticano también tiene uniforme:
- Media melenita lisa y a mechas con raya lateral, cuanto más lateral, mejor.
- Gargantilla de perlas pequeñitas pero buenas, que son regalo de una tía por la Primera Comunión.
- Cadenita de oro con cruz o escapulario también.
- Camisa entallada pero un poco grande, marcar es de guarras que van por ahí provocando.
- Vaqueros de tiro medio (las Bragas Cristianas son para la intimidad, no para que las vea cualquiera) y rectos.
- Naúticos o manoletinas, de tacón nada.
- Maquillaje el justo y necesario, sin estridencias y sin resaltar nada que la belleza natural es la del corazón de Cristo.
- Bolso de marca pero clásico.
- Tanto en su versión femenina como masculina, los cuellos de la camisa levantados pero sólo por detrás. Levantarse del todo el cuello de la camisa es de malotillos.


Esta mami pija lleva tacón pero se lo perdonamos porque lleva chaleco modelo Jara Y Sedal Otoño Invierno 1990-1991.



¡Ayyy qué parejita pija más mona!


Imprescindible tener al menos dos hermanos pero cuantos más, mejor. Diez, doce, catorce. Los que sean pero muchos.

Estos pijos en Madrid nos los encontramos en Pozuelo y Argüelles. No, los del Barrio De Salamanca son un híbrido de pijos de estos y de pijos fashion de los que ya se atreven a ser un poco más modernos (un pañuelo en la americana, unos zapatos que no sean los anteriormente mencionados, una pulserita que no sea de la bandera de España, etc).

Típicos nombres de Pijo Vaticano:
- Jose María
- María José (ante todo originalidad)
- María Laura
- Francisco (de Paco nada, en todo caso Fran)
- Cristina María.
- Cualquier nombre de mujer + María (que es la Madre de todos)
- Cualquier nombre de hombre + María (ídem) o José (que es el 'padre' de Cristo)
- Borja (of course)



2. El Pijo Quiero Y No Puedo o No me privo de nada pero tengo la nevera vacía y en casa usamos velas en vez de lámparas. También denominados Pijos Aparentes.


A mí estos me dan más penica aún si cabe porque viven sin vivir en ellos. Su vida se basa en ver qué tienen los demás y querer al menos, lo mismo. No importa si las cosas son de marca de La Milla De Oro o de marca de Mantero De Sol, el caso es que haya un logo a ser posible, visible.
El tinte en la peluquería a la que va Mar Flores, que no es donde mejor te lo hacen ni el sitio más barato pero eh, que ahí va la Mar Flores y eso da mucho caché y no hay tinte en el mundo que lo iguale. En la caja negociarán un poco (o un mucho) a ver si les pueden hacer un descuentillo por familia numerosa, por venir de parte de Fulanita o Menganita, porque ya verás como te voy a traer un montón de clientas, todas mis amigas van a querer venir aquí, etc.
Estos tienen deudas por doquier: en el dentista de los niños, deben dos letras del coche, seis meses de comunidad, en el super ya los han puesto en la lista negra desde hace años y no les fían... pero el cochazo lo conducen. El bolso de marca, sea auténtico o no, lo llevan. A Baqueira a esquiar no pasan una temporada sin ir. El barquito en Marbella también lo tienen. Los niños tienen clase de paddle, tenis, vela, equitación y Alemán (pero a la profesora particular lo de pagarle era verde y se lo comió un burro, van a regartearle el precio todo lo que puedan y más y te pagarán lo que quieran cuando quieran, ni al final de cada clase, ni a final de mes, ni la cantidad estipulada. La voluntad).
A la interna ya ni se plantean pagarle, la pobre se queda porque al menos tiene habitación y con suerte todos los días hace una comida.
Estos pijos no tienen uniforme definido, es una cuestión de ir a la moda, con marcas y que se sepa.
Tampoco tienen zona concreta, te los encuentras en Madrid centro y en Leganés, por toda la geografía española y mundial.

Un icono de elegancia y glamour: La Lomana. Hay que imitar todos sus estilismos como sea, así haya que comprarse clones a 10€ en los Manteros de la ciudad.


Típicos nombres de Pijo Quiero Y No Puedo:
- Patricia (no sé por qué pero así es) - Patri.
- Daniella - Dani
- Martina (lástima que el Klein no se lo puedan poner también) - Tina
- Carlota - Carli
- Koke, Nano, Junior, Tato y demás diminutivos absurdos.
- Lola (si puede ser Lolita mejor. Pero no la de Sarandonga, Lolita en plan Loulou, oui, c'est moi)
- Kitty, Cuki, Kiki, Caty, Titi, Tuli, Graci y demás diminutivos igualmente gilipollescos.
- Olivia - Lilly
- David (si se le puede incluir el Beckham, mejor que mejor), pronunciado deivid, con su correspondiente diminutivo Dei.
- Álvaro - Alvarito
- Raúl - Raulito
- Anaïs (Anaïs, le nouveau parfum de Cacharel)
- Cristina - Cris, Crisi

Y hasta aquí por hoy que me estresa mucho hablar de este tipo de gente, me entra como angustia, ansiedad, qué sé yo. Que yo también soy pija, si no digo que no, quien más quien menos hoy en día algo tiene de pijo y quien diga que no, miente vilmente. Pero yo es que soy Pija Cutre. A mí lo que me gustan son los trapos a 3€ de Primark, meterme los mercadillos y buscar y rebuscar y encontrar gangas, cortarme yo sola el pelo y pegarme un trasquilón del diez y en señal de protesta no cortarme el pelo en dos años; llevar las Converse con más mi*rda qu' el palo' un gallinero y prefiero gastarme los dineros (los que superan los 20€) en libros, conciertos, música, comer en sitios buenos y ese tipo de cosillas.
Bueno y también soy un poco Pija Mala Leche porque tengo un blog en el que regularmente pongo a parir a todo bicho viviente pero eso es más un hobby, normalmente no voy por la calle ni por la vida examinando y juzgando a todo el que me cruzo. Es más una terapia para que no me empeore la úlcera que otra cosa, de verdad. No soy mala persona -bueno, un poquito sí pero es que ser siempre bueno es harto aburrido-.

Por venir están el Pijo Fashion, El Pijo Hippy, El Pijo Francés, El Pijo Américano y cuantos pijos se me ocurran de aquí a.. a cuando sea.

jueves, 22 de marzo de 2012

El retrato de Dorian Gray.

Ayer vi un retrato tuyo. Era un cuadro, en lo alto de una pared por la cual probablemente hayan pasado y pasarán muchos cuadros y muchos retratos como el tuyo.
No fue difícil reconocerte, el color de la piel, de los ojos. Los pómulos, esos pómulos altos que tienen cierto aire desafiante, brusco. La nariz, peculiar. Los labios, carnosos pero no perfectos, más bien extraños pero ayer, armoniosos.
Y el pelo, el pelo fuerte y brillante pero distinto.

Lo único que no era igual era la mirada. Probablemente fuese la mirada que tenías muchos años antes de que yo te conociese. Cuando todavía no eras la persona que yo conocí, la persona que.. no importa. Ya no importa. Y de todos modos tampoco estoy segura de que tú, en algún momento de tu vida, hayas tenido otra mirada, una mirada limpia y clara, bondadosa.

En realidad te estoy mintiendo, ¿sabes? porque ese retrato no era tuyo. Le fallaba lo esencial: la mirada. La mirada hace a la persona. Y la persona de aquél cuadro no podías ser tú porque tenía una mirada joven, inocente, tranquila. Serena. Había serenidad en aquella mirada.

Así que ese retrato no era el tuyo. Era el de la persona que yo quería, el de la persona que si tú también hubieses querido habrías podido llegar a ser. Porque uno no siempre y no por narices es lo que es, uno es sobre todo la persona que elige ser, la persona que quiere ser. Uno siempre tiene opción, ¿sabes? Ellos me lo dijeron: aún cuando creas que no la hay, siempre hay una opción. Que tú en ese momento no la veas no significa que no exista. Sólo tienes que sentarte a reflexionar y la encontrarás porque siempre hay opciones. 
Yo me di cuenta de que tenían razón y elegí, ahora siempre elijo, nunca trago con nada porque sí, porque no tengo más opción, no tengo otra opción porque lo cierto es que aunque esa otra opción pueda no parecer la mejor, al menos está ahí.

Ese retrato era de la persona que tú hubieses podido elegir ser.

sábado, 17 de marzo de 2012

Muy xeitosa, muy Loewe.

Ya que estamos con los momentos remember por qué no continuar con la vez que fui con mi novio a conocer a su familia.
Mi novio no es de aquí, así que eso de una cenita breve pero intensa o un café para conocer a la familia política no era factible, conocer a mi nueva familia suponía un viaje y una estancia de cinco días en la casa familiar, en el campo.

Mi novio empezó meses antes a vacilarme, cuando me arreglaba para salir me miraba con recelo y me soltaba ay, si te vieran mi madre y mi abuela... Así no te pongas cuando vayamos allá, ¿eh? Que se van a morir de un susto y va a hablar todo el pueblo de ti, qué vergüenza.

Yo en aquella época estaba enamorada hasta las trancas y todo mi empeño era caerle bien a la familia consorte así que me quedaba meditabunda replanteándome mi look. Que dicho sea de paso, tampoco es que me vistiese de tronista ni frecuentase las mismas boutiques que Sonia Monroy.

Total que tras meses de vacile y mi novio contándome que en su familia poco menos que las mujeres van todas de negro y con pañoleta llega el momento de hacer la maleta y consulto con él.

- Tú humilde y sencilla. Vestidos nada, que allí son de guarra. Pantalones tampoco, que son de machorro o de lesbiana progre.

- Pero si yo sobrevivo a base de pantalones.

- Pues vaqueros así holgaditos que no marquen nada, sin ninguna marca ni agujeros ni cosas raras. Tacones nada, que en medio del campo tú me dirás dónde vas subida a unos andamios de 15 centímetros. Y joyas las justas, pequeñitas y discretas. Ah, y escotes obviamente tampoco.

Total que me pongo a rebuscar en el armario y lleno la maleta de las típicas camisetas anchas de andar por casa, vaqueros zurrapastros de hace siglos que me quedan grandes y unas Converse con pinta de viejas.

Mi novio me vino a buscar para emprender el viaje y arrugó el hocico: no sé yo, ¿eh? Muy provocativa y moderna te veo.


Provocativa y moderna eran unos vaqueros negros rectos que no marcaban ni la intención y una camiseta color kaki de una ONG por la protección de los animales, anchorra y que me llegaba por la mitad del muslo con un inocente panda con cara de pena dibujado. Hecha un cromo, iba la menda.

Y a medida que se acercaba el momento mi novio me comía más y más la cabeza con cómo era su familia y claro, cuando llegamos al último lugar recóndito de aquél encantador paraje y se abrió la verja de la casa yo me puse a temblar como una hoja, a ver lo que me encuentro.

Pues lo que me encuentro es una señora rubia, delgadísima (que nadie hubiera dicho que había tenido tres hijos) con una camisa de marca ideal, un collar de perlas monísimo, unos vaqueros de marca también y unos zapatos de tacón medio (que para estar por casa tampoco era plan).

- Mira, ésta es mi madre, Menganita. Madre Menganita, ésta es Zutanita, mi novia.

La cara de espanto de mi suegra no la puedo describir. Me miró y acto seguido miró a mi novio con cara de en una ciudad tan grande, con tantas chicas, ¿¿¿no hubieras podido encontrarte una un poco más estilosa y apañá, hijo mío???


Yo pensando bueno, igual la madre se ha vestido para la ocasión para no parecer la paleta profunda que mi novio me ha descrito, vamos a ver el resto.


El resto eran mi cuñada la pequeña, perfectamente peinada de peluquería, monísima vestida toda de marca, la mar de estilosa, con sus tacones y sus joyas y mi suegro hecho un pincel, también de marca de pies a cabeza, también con cara de por Dios, pero de dónde has sacado a este despropósito de chica.


Obviamente me quise morir pero pensé que igual era sólo esa noche, en plan que se habían arreglado un poco y tal. Pero no. A la mañana siguiente salgo con otros vaqueros igual de rectos y poco favorecedores y una sudadera también anchita y sin formas, casi sin maquillar y sólo con los pendientes (no sin mis perlas) y el reloj y el plantel a las diez de la mañana era mi suegra hecha un figurín, mi cuñada que parecía que se iba a desfilar a Cibeles y mi suegro igualmente ataviado para irse a trabajar. Y todos mirándome con cara como de pena. Y así de la nada, se materializa mi novio bajando majestuosamente por las escaleras, con un camisa de marca, su jersey de marca, su americana de marca, sus vaqueros de marca y sus zapatos de marca, todo perfumado y divino que parecía un maniquí.

- Me voy a ciscar en todo lo que se menea y luego te voy a matar, ¿no me habías dicho que nada de marcas, que eso era de ser pretencioso? ¿Que sencillita y humilde? ¿Qué tienes tú de humilde y sobre todo de sencillo ahora mismo?

- Bueno pero en mí mis padres no lo ven mal porque me conocen y saben cómo soy aunque me vista así, tú tranquila, tú así vas bien.

Y así pasé el día y al día siguiente al levantarme me encuentro con que tenemos que ir a cenar con mis cuñadas y sus novios y le pido a mi novio que me lleve de compras y obviamente, se niega porque no has venido aquí para ir de compras y de nada sirve que yo le diga lo incómoda que me siento entre tanto figurín y que voy a ser la cateta desarreglá de la cena y que yo no quiero ir a cenar a ninguna parte con esas pintas y mis cuñadas súper trendy's con un toque casual y cierto aire hippy pero sin caer en lo démodé pero él nada, no cede a mis súplicas.

Entre tanto mi suegra acaba en el hospital porque creemos que le ha dado un infarto y yo obviamente increpo a mi novio: ¿lo ves, lo ves?, ¡qué disgusto no se habrá llevado tu madre al verme que le ha dado un infarto! ¡Con lo ideales que van todos en esta casa y a mí que parece que me has sacado de Las Barranquillas y me estás rehabilitando!


Menos mal que no fue un infarto, sólo le dio un ataque de ansiedad agudo al ver al Heredero con la yonki porque yo sin maquillar como mi novio me hacía ir, tengo unas ojeritas curiosas y claro, parezco una yonki y mi pobre suegra pues claro, se acojonó, normal.

Pero en fin, que salió del hospital y todo bien. Pero en un momento ya se ve, la pobre, que no pudo más con mis pintas zurrapastrosas y me engancha por el pasillo:

- Hija.. ¿y tú no llevas nunca algo un poco más ajustadito, un tacón o algo?

- Es que no me he traído nada..

- Si quieres Perenganita (mi cuñada la peque) te deja algo...

En este momento aparece mi novio y yo me pongo furibunda cuando se empieza a reír como un loco.

- No, si yo cosas tengo pero es que a mí tu hijo me había dicho que no me tenía que traer nada así..

- ¿Cómo que te dijo lo que te tenías que traer y lo que no?

Aquí ya mi novio se tira al suelo de risa y empieza a revolcarse todo rojo a punto de la asfixia, pataleando al aire y llorando de risa y yo rompo a llorar pero no de risa precisamente.

- Hija, ¿pero qué te pasa?

A mi novio le entra el remordimiento y se levanta del suelo, se seca la lágrima, se reencaja la mandíbula y procede a dar las oportunas explicaciones:

- Ay pobre mi niña, es que yo le gasté una broma.

- ¿Una broma? ¡Si está llorando la chiquilla! ¿Qué le has dicho ya?

- Pues me dijo, sollozo yo, que no tenía que traer vestidos ni cosas ajustadas, ni joyas ni tacones y que no me tenía que pintar porque eso aquí estaba mal visto...

Mi suegra se gira con cara de asesina hacia mi novio que empieza a reírse de nuevo y le increpa, que si está tonto, que cómo se le ocurre decirme eso, el otro a punto de la asfixia por ataque de risa floja...

- Mi hijo es tonto, tú no le tienes que hacer caso que aunque aquí esas cosas estuviesen mal vistas tú te vistes como quieras, ¡mira que hacerle caso!

- Y es que yo le llevo pidiendo desde que llegué que me lleve de compras porque yo me siento muy incómoda así pero él no quiere...

- ¿¿¿Cómo que no quiere??? ¡Perenganita, baja que te llevas a Zutanita de compras ahora mismo!

Y me compré un vaquero, algún top y un vestido y me prometí firmemente no creer a mi novio nunca jamás.

Ahora cuando voy a ver a su familia me llevo lo que yo quiero y me voy de compras porque, a Dior gracias, a mis cuñadas y a mi suegra les gusta un trapo y un arreglamiento más aún que a mí y gozo como gorrina en el fango cuando mi suegra entra a cada momento a la habitación a elegir conmigo que me voy a poner.
Pero de lo moderna que es mi suegra y de cómo despellejamos a las viandantes y personajes de la televisión y cómo comentamos los trajes de novia que nos gustan y los que no etc ya hablaremos otro día, que por hoy ya me he liado bastante y esto no va a haber Cristiano (ni ateo ni nada) que lo lea.

PD: Novio, que sepas que todavía a día de hoy, casi cuatro años después, te sigo odiando por esto y te la tengo guardada. Jum.


viernes, 16 de marzo de 2012

Cause we were so young, so young, so young.

Os ahorraré la explicación de cómo he llegado a este momento remember pero el caso es que quería yo preguntar a quien buenamente me lea con cuántos chicos / chicas han intentado sus padres emparejarles.
Que os creéis que lo de los matrimonios concertados es cosa de Oriente y tal pero ya os digo yo que en Occidente, un poco más veladamente, estas cosas también pasan.

Recuerdo yo aquella tarde en la que mi madre me llama al salón y me encuentro con una señora que no he visto en la vida que más que mirarme me analiza con una enorme sonrisa. No sé muy bien de qué hablamos en aquellos escasos cinco minutos pero sí recuerdo el comentario que me dejó clavada al suelo mientras la señora se dirigía a la puerta de salida: ya verás, ¡¡¡mi hijo te va a encantar!!!

Recuperada el habla, la señora camino de su casa y mi madre de vuelta en el salón atino a preguntar:

- Madre, ¿por qué dice esa señora que su hijo me va a encantar?

- Porque sales con él el Sábado.

- ¿Que qué?

- Sí, por la mañana, a las diez estate arreglada.

- ¿Por la mañana... un sábado.. A LAS DIEZ?

- Sí, vais a ver un partido de fútbol.

- ¿¿¿CÓÓÓMO???

- Que te lo vas a pasar muy bien, mujer.

Diez minutos después, superado el shock: madre, ya estás llamando a esa señora y diciéndole que yo con su hijo no voy a ninguna parte y menos un Sábado a las diez de la mañana y lo que ya sí que NO es lo del partido de fútbol.

- No tengo su número, ya te llamará él.


Toma cita concertada por Las Matriarcas. Qué glorioso.

El Viernes por la tarde ya cantaba yo victoria pensando que el otro pobre individuo había alucinado con la buena nueva de nuestra salidita igual que yo y se había negado en redondo cuando mi madre me tiende, sin mediar palabra, el teléfono:

- ¿Quién es?

- Tú cógelo.

- No, que quién es te digo.

- Ay, el hijo de esta señora para concretar lo de mañana.

- Ah no, madre, de eso nada, yo ese aparato no lo cojo, lagarto, lagarto.

- ¡Mujer, que está esperando y te estará oyendo!

- Pues que me oiga alto y claro que yo no voy a ningún partido de fútbol, menos un sábado por la mañana y menos aún con un desconocido.

Al final Madre, que más sabía por todo que por Diabla, me estampa el teléfono en toda la oreja en medio de mi despotrique y claro, el chaval me oye y me saluda. Y no me quedan más narices que hablarle.

A todo esto acto seguido me llama mi por entonces mejor amiga y le cuento el percal: ¿¿¿a las diez de la mañana un sábado??? ¿¿¿Y encima a ver UN PARTIDO DE FÚTBOL??? ¡Sí que empieza el chaval con buen pie contigo, jajajajaja!




El colmo de todos los colmos ya fue estar arreglada un puñetero Sábado a las diez de la mañana, paraguas en lo alto porque encima llovía y que el jodío crío no estuviese.
Yo, en un intento desesperado por animarme a mí misma me pongo a pensar que igual es el hombre de mi vida, que tal vez sea un macizo de impresión de metro noventa y ojos azules que me lleve galopando en su caballo blanco al país de la eterna felicidad. Justo entonces veo aparecer al susodicho rubio imponente y se me ríen los huesecillos. Pero el Hombre Ideal me mira, pasa de largo, se sube en una moto y se va.
Y detrás de él sale un paraguas negro con dos piernas. Y cuando le veo la cara al paraguas me quiero morir porque ni rubio, ni ojos azules, ni moto ni casi sabe hablar, balbucea.

Obviamente aquello fue un desastre y volví a mi casa a contárselo a mi señora madre y a mi mejor amiga (que dicho sea de paso se estuvo riendo de mí como una semana) pero con la satisfacción del deber cumplido. Hala, ya he quedado con él, ya me lo he quitado de encima, todas las madres felices. ¡Ay, qué tonta fui!

El Viernes siguiente Madre vuelve a presentarse, aparato inalámbrico diabólico en mano y sin mediar palabra me lo estampa nuevamente en la oreja. Entre más graciles balbuceos el chaval me propone ir al cine y mi madre, obviamente, ya le ha dicho que sí así que más que proponerme me informa de que al día siguiente a la seis me pasa a buscar.
Gabinete de crísis con mi mejor amiga:

- Pues sí que le has debido de gustar tía, porque conociéndote y aún encima un Sábado frío y lluvioso a las diez de la mañana debías de estar tú de un simpático y un agradable que pa' qué.

- Desde luego fui todo lo borde que pude y más, no sé a qué viene ahora el rollito del cine.

Descojone por parte de mi amiga, nuevamente.

Lo del cine salió si cabe aún peor, afortunadamente no era un partido de fútbol y era bajo techo así que la lluvia y el frío no me minaban la moral pero el chico seguía igual de desenvuelto.
La película ya memorable, un bodrio en el que todos copulaban con todos, mezcla de novela negra y porno, allí no había quien se enterase de nada, el señor del asiento de al lado tocándose el miembro supongo que intentando aplacar la erección y el chaval removiéndose en el asiento como gusano inquieto, proponiéndome salir de la sala si la situación me incomodaba.

Al final nos quedamos y ya de vuelta en el portal de casa me pide el móvil.

- Ah claro, toma.

- No, el aparato no.. yo decía el número.

- Ah. El número. Ajá. Sí. Claro.

Y claro, se lo tuve que dar, que me quedé más muerta que viva cuando me lo pidió porque yo de lo malo pensé que lo del cine era otra cita apañada por Las Matriarcas. Pero nada justificaba que me pidiese el número de móvil. Eso era contacto directo sin madres de por medio.

Total que no hago más que entrar en mi habitación y recibo un sms que pone algo así como espero que no dejes de quedar conmigo por el fiasco de la peli...
Aquí ya vi el cielo abierto: no, si por lo que voy a dejar de quedar contigo es porque tengo novio. O algo así. Igual tampoco fui tan brusca, no lo recuerdo.

A partir de aquí todo siguió un curso más o menos normal: tu madre te obliga a que lo llames, un día que tu amiga ha venido a verte lo llamas para tomar algo porque al menos no estás sola y no tienes que aguantarlo tú en exclusiva, tu amiga se va, el chaval te mete boca.. empezáis a salir, lo dejáis...

Pero no fue una historia más, diría que fue la primera. Y duró bastantes años porque se me había pasado el detalle de que el susodicho y yo éramos vecinos y él encima tenía perro, o sea que quisiéramos o no nos terminábamos encontrando en la urbanización y para más inri el muchacho trabajaba en mi colegio (no era mi profesor, no, eso hubiera suplido con su morbo todos los inconvenientes anteriores) así que ya apaga y vámonos. Y vuelta a empezar y vuelta a dejarlo y vuelta a empezar y así durante años. Hasta que al final la cosa se jorobó bien jorobada y yo que al principio quería suicidarme cada vez que tenía que salir con él terminé encoñá como una mona y cuando la cosa terminó decidí hacer lo peor que podía haber hecho pero bueno, eso más que el fin de esta historia es el comienzo de otra.

Y ¿por qué me he acordado de todo esto precisamente ahora? Pues porque esta semana hace once años desde aquél frío y lluvioso sábado y del mortal sábado siguiente en el cine. Once años, que se dice pronto, cómo vuela la vida. Ya no somos dos adolescentes, ya no tenemos nada que ver con los críos que fuimos y yo ahora tengo otra amiga íntima y una pareja a la que adoro con la cual todo ha siempre ha sido tan fácil, tan natural y tan espontáneo como nunca antes lo fue con nadie. Desde luego no con mi ex suegra y mi madre negociando mi boda a cambio de equis cabras y camellos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Loewotomía nada parcial.

Resulta que una conocida marca Española de ropa y complementos de gama alta que no me da la gana de nombrar porque yo publicidad gratis no hago si no es a algún amigo ha decidido hacer un reportaje al estilo '21 días' cuyo título real era '21 minutos con los jóvenes de Proyecto Hombre' pero claro, como pensaba que eso no iba a vender ni era chic a última hora decidieron llamarlo de otra manera.

La perla audiovisual no tiene desperdicio: hijos o familiares de gente conocida como pintas de lo más diversas anunciando una aberración híbrido de un bolso clásico y la nueva tendencia de los colores flúor.

La cosa, así en principio, mal del todo no pinta. Las pintas las llevan los protagonistas, desde rubia oxigenada con raizacos negros a la que se le cayó el pelo en cuanto terminaron de grabar el spot pasando por una siniestra (sí querida, tú eres siniestra por mucho que te pueda jorobar que te metan en ese saco, si eres after punk, gótica o palanganera eso al público poco le importa) terminando por gays que se camuflan de heteros y dicen que lo mejor de Madrid que no tienen otras ciudades son las Españolas. Esto me imagino que lo dice por él mismo que se considera una Española más y no por su atracción (sexual al menos) por las susodichas porque este amiguete tiene de heterosexual lo que yo de Lagarterana.

También tenemos a dos gemelas, oxigenadas ellas también, de las cuales una hace una reflexión filosófica tan profunda como estar enamorado es súper guay (o sea, tía). Patada a La Dialéctica de Platón. Habitantes de La Patagonia, cuerpo a tierra que en breve os aterriza ésta obra clásica en la cabeza del patadón que esta muchacha le ha pegado.

Luego pasamos al tema de los besos, aquí los ninis disfrazados de trendsetters nos cuentan cómo es el mejor beso: que si el que se da en el momento justo, que si el que se da con ganas... Pero vamos a ver, almicas de cántaro, ¿qué tendrán que ver los besos con la ropa? Porque a mi novio y a la mayoría de habitantes de este planeta cuando más ganas le entra de darlos es cuando ropa encima llevamos más bien poca. Si puede ser ninguna, mejor.

Lo de ir montando el número por El Retiro en bolsísitica formación, cada uno con unas pintas de su padre y de su madre como recurso para acercar la firma a la juventud del país y promocionar y ligar la firma a España mejor lo dejamos para otro día. Porque queridos coquitos de oro de la casa:

1. Madrid es más que El Retiro y es mucho más probable ver gente jóven y estilosa por Sol, Gran Vía, La Milla De Oro o locales de moda que en El Retiro, donde la mayoría va a pasear y/o hacer deporte y una minoría a helarse la mona haciéndose fotos para sus egoblogs. Digo, blogs de moda.

2. Comprendo que la política y las estadísticas no vayan con vosotros pero ¿habéis oído hablar de la problemática del paro juvenil? ¿De la cantidad de jóvenes que está emigrando a otros países para buscarse la vida porque el presente y el futuro en España son de lo menos alentadores? Pregunto.
Porque teniendo eso en cuenta sólo una minoría de hijos de papá puede acceder a vuestra firma, así que la necesidad de que vuestro reportaje sea hastag en Twitter o vídeo de la semana en Youtube para que nos llegue a todos no la veo por ningún lado. Coged a los cuatro O Seas De Papá y mandadle el vídeo a ellos por mail, ahorradnos el sufrimiento a los demás.

3. ¿Desde cuándo las sobrinas de Ana Belén (que hasta ahora no las conocía ni El Palomo) o Martín Rivas son trendsetters? ¿Desde cuándo lo mejor de Proyecto Hombre son trendsetters? Porque si lo son, que baje Dior y lo vea.

4. Si la imagen que dais de la juventud española al resto del mundo es que somos una panda de descerebrados hijos o sobrinos de, ninis con pasta y ochenteros trasnochados, mal vamos. Habría sido mucho mejor coger para el spot a alguien que supiese hilar dos oraciones seguidas, hacer algún comentario inteligente y locuaz y que no pretenda hacernos creer que ser gay y hacerse pasar por hetero está de moda. Más bien está, a Dios gracias, muy démodé.
Habéis escogido lo mejor de cada casa y desde luego una muestra para el estudio más bien errónea. Esa muestra no es representativa del total. Que lo sé hasta yo y eso que mira que los estudios estadísticos y yo nunca fuimos íntimos. Ya a partir de ahí lo habéis pifiado todo: la muestra, la población diana y el enfoque del spot.

5. Sí, estamos hablando tooodos en todas las redes sociales de ese spot pero no precisamente por su calidad. Que hablen de nosotros aunque sea mal, el caso es que hablen, ¿ese era el lema? Pues os lo habéis planteado bastante mal porque si leéis la mayoría del material que ha surgido por la web a partir de la difusión del corto, si ya habíais elegido mal la muestra y la población diana, los potenciales consumidores a largo plazo desde que han visto esta joya de la publicidad han prometido firmemente no comprar nada de vuestra marca ni ahora (porque no se lo pueden permitir y anda que no es fea la colección que sacáis en el spot) ni cuando algún día, desgraciadamente dentro de muchos años, podamos salir de esta crísis. De la cual, dicho sea de paso, no nos sacarán los cerebritos de vuestro spot sino más bien esa mayoría de juventud con dos dedos de frente y preocupaciones reales de la que os habéis reído a mandíbula batiente en vuestra campaña.

sábado, 10 de marzo de 2012

Todo sobre el Orfidal.

Supongo que por el nombre del blog veo que mucha gente llega a él buscando información sobre el medicamento Orfidal (Lorazepam en su versión genérica)

Este medicamento no se vende sin receta médica, para empezar.

El Orfidal a grandes rasgos y para que nos entendamos todos tiene un efecto sedante (te relaja, te atontolina un poco) e hipnótico (da sueño). Queda totalmente desaconsejado conducir o realizar actividades que conlleven cierto riesgo (trabajar con cierta maquinaria etc) durante su uso.

Puede usarse en momentos puntuales pero no se aconseja un uso prolongado de más de tres meses ya que puede crear adicción. Es para momentos muy concretos.

Gente que llega buscando información respecto a que tras su ingesta, a la mañana siguiente, no recuerdan nada: es normal, en los primeros usos a la mañana siguiente es normal no recordar cómo llegamos a la cama, que hicimos tras tomarlo, etc. Este efecto se pasa a los dos o tres días, no es nada grave.
Lo más aconsejable es que te lo tomes y te vayas de inmediato a la cama porque vas a caer grogui en cero coma.

Gente que pregunta si se puede consumir Orfidal caducado: no, no se puede, como cualquier otro medicamento ya que sus componentes pueden estar alterados y provocar reacciones anómalas.
No se toma nunca un medicamento caducado y menos un Orfidal, se deposita en el container de medicamentos caducados o inservibles en vuestra farmacia más cercana.

Orfidal y alcohol: Está fuera de lugar mezclar Orfidal con cualquier tipo de bebida alcohólica, el alcohol potencia los efectos sedantes e hipnóticos del Orfidal y el colocón puede ser de catergoría. Y no estamos hablamos de un colocón bueno precisamente. Al día siguiente se pueden sufrir ataques de pánico, ansiedad, depresión y una larga lista de cosas que no molan nada, vaya. Y a veces no duran unicamente un día.
Cogerse un pedal mezclado con Orfidal puede tener consecuencias muy graves.
En general ninguna medicación se ha de mezclar con alcohol, pero un ansiolítico, un barbitúrico, un hipnótico, un sedante, un antibiótico... menos. Por unas cosas o por otras, en el caso de los cuatro primeros el alcohol potencia su efecto y nos podemos pegar un mal viaje. En el caso de los antibióticos, el alcohol anula su efecto, es como no tomarte el antibiótico y si éste no es efectivo en alguna de sus tomas se rompe la cadena necesaria para que haga efecto. Vamos, que si tomas un antibiótico y luego una copa, te has cargado el efecto del antibiótico durante un buen par de días.
Seamos responsables, por favor.

Orfidal y dolor de cabeza: Es junto con la amnesia que comentábamos al principio, un efecto secundario común. Te tomas algo para el dolor y listo. Pero tranquilo que no te está dando un jari ni te ha sentado mal ni nada, es normal, nos pasa a todos lo que lo consumimos o alguna vez lo hemos consumido.

Orfidal para una citología: Consulta con tu médico porque no hay ninguna razón por la cual una citología requiera del consumo previo de un medicamento como el Orfidal. Si tu médico sí te ha mandado que te lo tomes bien, hazlo, sino no veo por qué tendrías que tomarte semejante fármaco para algo tan simple como una citología.

Orfidal en gatos: Esto ya lo cubrí en otro post y es un rotundo NO. Consulta con tu veterinario porque sin duda él te recetará para tu mascota un medicamento mucho más suave con menos efectos secundarios para el animalito, por no hablar de que en los animales la dosificación de un fármaco va igual que en niños: por peso, edad, etc. O sea que si a un gato jóven y pequeño de tamaño le endiñas un Orfidal entero te lo puedes cargar de la peor manera.
Así que no, experimentos de medicamentos con animales NO, CONSULTA CON TU VETERINARIO y él te mandará el fármaco adecuado para tu mascota.

Orfidal durante el embarazo: NO. Vamos, que ni de coña. Una tila y andando. Durante el embarazo las opciones de medicamentos que puedes tomar son MUY reducidas, ni siquiera puedes tomar antibióticos o Ibuprofeno si te resfrías así que mucho menos Orfidal.
Nuevamente CONSULTA A TU MÉDICO y no hagas experimentos, cuéntale tu problema y pregúntale si puedes tomar Orfidal o algo similar en base al problema que tengas (ansiedad, insomnio, lo que sea).
Hasta que no hayas hablado con tu médico yo te desaconsejo por completo que tomes Orfidal por las bravas.

Y creo que esto es todo y no me dejo ninguna búsqueda en el tintero, no obstante si buscas información sobre el Orfidal o Lorazepam no dudes en dejar un comentario y preguntar.


Por si acaso... Espero que no sea el caso pero bueno, dudaba si cubrir esta parte o no pero creo que es conveniente:
1. Si eres un yonki y piensas que con un Orfidal, una botella de ron y alguna droga más te puedes pillar el pelotazo de tu vida lo más probable es que termines en urgencias si llegas. Así que no seas gilipollas. Tu salud y tu vida malen más que cualquier pelotazo.

2. Si fantaseas con la idea de tomarte un puñado y no despertar: Te contaré que la muerte por ingestión medicamentosa no es irte a dormir y que te encuentren en la cama bellísima/o por la mañana como La Bella Durmiente.
Vas a sufrir vértigo, mareos, náuseas, vómitos, dolor de estómago, angustia, taquicardia y/o bradicardia, sudores... y mucho más. Vamos, que es como pegarte un mal viaje, un viaje pésimo. No es una muerte nada tranquila ni placentera.
Y si alguien te pilla y acabas en un hospital lo que te van a hacer es de todo menos agradable. Finalmente o te ingresarán en una unidad de Psiquiatría de donde vas a tener muy jodido salir y te digo porque lo he visto y lo he vivido que estar en Psiquiatría no es plato de buen gusto y que allí se toman muchas precauciones con los pacientes. Muchas. Y lo voy a dejar aquí mejor.
Finalmente no es tan fácil que aciertes con la dósis que para tu cuerpo sería letal. Cuantos más te tomes, si estás pensando aquello de pues me tomo tres cajas y andando, el viajecito que te vas a pegar va a ser memorable, te vas a poner fatal no, peor. Mal, mal, mal, fatal.
No quiero entrar en mucho detalle porque no quiero ser demasiado cruda pero créeme, no quieres ponerte así, de verdad. Por mucho que estés hasta las narices de todo y ahora mismo la muerte te parezca la mejor opción o incluso la única, si te contara lo que vas a pasar hasta llegar a ella, si es que llegas, te va a quitar las ganas. Morir no es un proceso agradable, se sufre mucho, lo que se ve en las películas, se lee en los libros etc es una presentación mejorada y dulcificada de lo que pasa que no cubre en absoluto (ora porque no interesa, ora porque ni el escritor mismo sabe cómo es) la realidad de una muerte.

No existe un suicidio perfecto, cortarse las venas tampoco es hacerse dos cortecitos y ya está, para cortar la vena en su totalidad hay que llegar muy profundamente bajo la piel, tanto que es posible que te secciones algún tendón y pierdas la función de tus dedos de por vida. ¿Y a mí que me importa si me voy a morir? Matarse a uno mismo no es tan fácil, te lo digo yo que sé de lo que hablo y muy bien. Te pillarán con total seguridad, te llevarán a un hospital, te coserán el estropicio, te ingresarán en Psiquiatría de donde te costará mucho salir.. y si te has seccionado los tendones cuando salgas las manos te van a servir para bien poco. Vivo y tullido, ¿es eso lo que quieres?
Y morir desangrado es muy jodido, no es nada romántico ni tranquilo ni apacible tampoco.

Pero del suicidio ya hablaremos otro día.


Pregunta razonable: Oye y tú ¿por qué estás tan puesta con esto del Orfidal y las unidades de Psiquiatría, etc? Pues porque lo he tomado durante bastantes años de mi vida y ahora estudio una carrera de Ciencias de La Salud donde mi asignatura preferida es la Farmacología y donde hago prácticas en las diferentes unidades que hay en un hospital :)



Como ya os dije antes si tenéis más dudas sobre el Orfidal, qué es una unidad de Psiquiatría o el suicidio, no dudéis en dejar un comentario, podemos hablar.


Actualización:
Seguís llegando al blog con términos de búsqueda cómo cuánto Orfidal para entrar en coma, cuánto Orfidal para morir, Orfidal inyectable.

No voy a hablar, ni ahora ni nunca de cuánto Orfidal hace falta falta para entrar en coma o para morir.
Ya os he dicho que la muerte por ingestión de pastillas no es una perita en dulce, no te duermes y ya no despiertas nunca. Es una muerte horrible.

Por otro lado sí existe el Orfidal inyectable pero es unicamente de uso hospitalario, si en una farmacia no os dan Orfidal en pastillas sin receta mucho menos os van a dar un inyectable, entre otras cosas porque las farmacias no lo tienen.
El Orfidal inyectable (tampoco se llama Orfidal como tal) tiene unos usos muy concretos y en unas dósis muy específicas según el uso que se le quiera dar, la edad del paciente, la estatura, el peso, el estado nutricional, etc.
A mí no es un medicamento que me emocione por sus efectos secundarios, a mí y a gente que conozco a quien se lo han puesto le suele sentar bastante mal, los efectos secundarios son de agárrate y no te menees.
Y tampoco es un fármaco que en los hospitales se tenga en planta, lo tiene que pautar y firmar un médico y desde la farmacia del hospital suben a la planta la dósis exacta que el médico ha firmado y se tiene un control bastante estricto de cuántos viales se han utilizado. Por lo tanto colándoos en el control de enfermería y rebuscando entre los cajones de medicación no lo vais a encontrar si os da por hacer semejante tontería.
Además os haría falta una jeringa y lo que es más delicado, una aguja. Y saber cómo se inyecta el Orfidal. Así que si alguien tiene impulsos suicidas y cree que robar un vial en un hospital y ponérselo va a ser fácil, nada más lejos.
Por cierto, colarse en la farmacia de un hospital es praticamente imposible y si llegáis a hacerlo este tipo de fármacos están bajo llave, ni siquiera yo siendo personal de un hospital puedo ir a la farmacia con el vale del médico y cogerlo, no me van a dejar la llave que abre el armario donde lo tienen, de hecho muy probablemente no voy a llegar a ver dónde está dicho armario porque no suelen estar a la vista, están a la vista y el alcance unicamente del personal de farmacia.
Hablando claro: no vais a ver ni a tener un vial de Orfidal en vuestras manos en la vida.

Y en serio, aparcad ya la idea de suicidaros con Orfidal y de suicidaros en general. La muerte no es la panacea, no es la única ni la mejor opción que tenéis. En lugar de poner términos de búsqueda tan alegres y optimistas en Google buscad blogs de humor, de autoayuda, información sobre cómo salir de una depresión, psicólogos que os puedan ayudar, psiquiátras... gatitos durmiendo al lado de una estufa, bebés riéndose a carcajada limpia. Lo que sea. Pero buscad algo un poco menos macabro y triste que la forma de suicidaros. Estáis buscando la solución errónea a vuestro problema, sea éste cual sea. La muerte nunca es la solución.












miércoles, 7 de marzo de 2012

Desperate housewife.

Lo cierto es que yo siempre dije que me veía casada y con hijos. Tengo instinto maternal, me gustan los niños.

Lo que nunca dije es que me viese casada y con niños ahora.

En realidad no sé cuándo me veía, simplemente me veía, punto.

Una vez hablando con mi novio del tema de los niños me dijo no existe el momento ideal para tener un hijo, siempre pensarás que las cosas podrían ser mejores, siempre querrás que las cosas vayan mejor para traerlo al mundo y lo cierto es que ser padre es una responsabilidad tan grande que no existe ni existirá nunca un momento en el cual el mundo, el Cosmos y la vida sean tan perfectos como para dar ese paso.
No podíamos estar más de acuerdo.

Pero a esto se suma que tampoco encuentro el momento ideal para nada. Ni para casarme ni para nada.

¿Una boda? Que si vestido, que si invitaciones, que si banquete, que si detalles para los invitados, que clases de baile, que pruebas de vestidos, que si el ramo, que si yo qué sé...
Una boda siempre me ha parecido una angustia y pensando en ello siempre concluía: ya encontraré el momento correcto.

Pero tampoco. O sea yo estaba aquí sentada esperando dejando el tiempo pasar pero como que tampoco he sentido the calling, esa epifanía de decir: ya está, ahora es el momento.

Como para ponerte a hacer las cosas a contrarreloj. No encuentro el momento de pensar en casarme en serio (no en plan idílico rollo 'algún día me casaré' pero ya si eso el cuando lo decido otro día o mejor aún otro año) así que cuando las cartas se pusieron sobre la mesa me hice una tila doble.
Me hice una tila porque no es casarse dentro de un par de años, es casarse ya, ya de ya. Tener marido ya. Que yo a mi novio lo quiero mucho y no me veo haciendo mi vida con otro hombre si no es él y no creo que después de firmar un papel vaya a cambiar nada pero no sé.. asusta.

Asusta tanto hacerlo bien... como hacerlo mal. Mal, pronto, de prisa.. Yo no quiero eso. Que no se acaba el mundo mañana. Que yo necesito tiempo para hacerme a la idea, tiempo para planearlo, para disfrutarlo. Coño, que se supone que sólo te casas una vez en la vida.

Y luego viene el resto, que eso mejor ni lo menciono porque entonces no hay tila que valga, entonces dame un blister de Valium.

Dejarlo todo. Empezar una nueva vida. Dar el salto, como en Dirty Dancing pero en más complicado todavía porque es un triple mortal hacia atrás y el morrón puede ser de categoría.

Que no. Que así no. Que las cosas baclées nunca salen bien. Que si tengo que hacer un informe mega coñazo a última hora del turno, ya que tengo por narices que hacerlo, me siento con calma y lo hago bien. Las cosas, si hay que hacerlas por fuerza mayor, se hacen y ya que se hacen, se hacen bien.

Y que yo me lo esperaba de otra manera.

Tal vez ese sea problema, que yo siempre espero de las cosas que sean de otra manera, que sean mucho mejores. Y por eso no soy madre todavía.. ni tiene pinta de que vaya a serlo any time soon. The time ain't come yet for me to be a housewife.


PD: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, ni me caso, ni estoy embarazada ni nada que se le parezca. Estaba pensando en qué haría yo si me hubiese visto en la piel de una amiga mía. End of the story.

jueves, 1 de marzo de 2012

Hombres, mujeres... ¿y vice versa?

Estaba yo pensando en estupideces en lugar de dormir que es lo que debería de estar haciendo (me encanta hacer cualquier cosa menos lo que tengo que hacer) y me han venido a la mente unas cuantas cosas respecto a la forma de ser de los hombres y las mujeres, cosas que unos hacemos y otros no entienden.
Vamos a poner ejemplos que sino igual no me seguís:

1. Cariño, no por más llamarme llego antes.
A los hombres cuando tardas les entra la vena acosadora y en esto el Whatsapp se ha manifestado como un invento del Diablo.
¿Estás ya? Oye, ¿ya? Esto.. ¿y ahora? Date prisa que se nos hace tarde...
Pero vamos a ver, tarde... ¿para qué? ¿Para salir a la calle sin rumbo fijo? ¿Para ver una peli y pedir una pizza? ¿Para, hablando pronto y mal, echar un pinchito? Porque no es que hayamos quedado a cenar en Zarzuela con el Rey ni que hayamos reservado en el Ritz. Ni tampoco es que vaya con una hora de retraso. Que acabas de llegar, hijo. Aprovecha para aparcar bien y escuchar música, para ir a la nevera a tomar algo...
Y no, por mucho que me llames por teléfono desde abajo el ascensor no llega antes. Ni encuentro los zapatos más rápido. Es más, te diré algo: tardo más. Porque oigo el móvil, no sé dónde está, tengo que ir a buscarlo, encontrarlo, para entonces tú ya has colgado, tengo que llamarte yo de vuelta, decirte que no me toques las narices, colgar y volver a lo mío.
Si ves que me has avisado de que tú ya estás listo pero yo no salgo, siéntate y toma algo. Si me has llamado para decirme que estás abajo mal aparcado, haz tiempo aparcando. Pero no me metas prisa porque me pongo de mala leche.

2. Las fechas memorables son memorables por algo.
A mí la fecha de salida de tal gadget o cual fiesta me trae completamente al fresco. Pero si tú quieres ese gadget o ir a esa fiesta, me lo apunto. Porque es importante para ti y como tú eres importante para mí, la importancia de ese evento se hace extensible a mí.
Pues para mí nuestro aniversario, San Valentín, esto o lo otro, es importante. Así que te lo apuntas en los eventos del calendario y vas a por unas flores, unos bombones o lo que te dé la real gana pero te acuerdas y me lo demuestras con algo especial. Que que te pongas una alarma y me mandes un Whatsapp diciéndome que te has acordado de que hoy es San Valentín sin más, no me sirve, yo ya me había dado cuenta antes que tú. Sino la próxima vez que me hables de qué día operan de un juanete a tu abuela te voy a escribir a las cinco de la tarde diciéndote cariño, que me he acordado de que hoy operaban a tu abuela de un pie, sin más, sin preguntarte qué tal está ni proponerte que vayamos juntos a verla.

3. Ir de tiendas es lo mismo para mí que para ti.
No sé por qué extraña razón los hombres piensan que ellos tardan menos cuando van de compras de algo que les interese. Cuando van a por calcetines puede ser rápido pero si le gusta la ropa, como a mi novio, tarda aún más que yo. Así que no comprendo por qué se queja cuando entro en Zara ¡pero si ya has visto la planta tres veces! Perrrdona cariño pero yo veo cuatro tiendas ocho veces y compro en todas ellas. Tú me haces patearme la zona de tiendas de marca que te gustan incansablemente, entramos en todas las puñeteras tiendas cien veces, las miras y remiras de arriba a abajo chorrocientasmil veces y sales sin comprar nada. Llegas a casa con un cinturón y una camisa de las que ya tienes mil y no se diferencia en absoluto de las otras 999.
Así que si tienes que comerte todo Zara, todo Primark, todo Bimba y Lola y todas las tiendas que me gustan que no son tantas diez veces, te las comes. Que tú tardas igual o más que yo y yo aguanto estoicamente el tirón mirando contigo y aconsejándote sin colgarme del móvil con cara de mártir sin hacerte el menor caso.

4. No, no puedo ducharme más deprisa.
Tú te metes en la ducha, te enjabonas cabello y cuerpo con lo primero que pillas así sea Fairy, te diviertes intentando encestar en la trampilla mientras miccionas, te enjuagas y sales. Te secas tipo perro sacudiéndote con la toalla salpicándolo todo de agua, te pones desodorante, contemplas tu genitalidad y tus músculos en el espejo, te pones los gallumbos y estás.
Yo me enjabono una vez en pelo con champú, lo enjuago y repito el proceso para que el cabello quede bien limpio. Pongo una mascarilla para hidratarlo en profundidad y mientras me exfolio, retiro el exfoliante y me enjabono. De paso examino con lupa mi vello corporal y con dedicación lo extermino. Espero un poco para que la mascarilla actue bien. Me enjuago durante dos o tres horas porque es terrible para el pelo que queden restos de producto en él.
Salgo, me seco con todo el amor del mundo para no resecar la piel. La hidrato. Compruebo que no queda un sólo pelo vivo en mi cuerpo. Examino mis muslos haciendo balance de daños celulíticos. Me espanto. Me propongo firmemente ponerme a dieta y hacer ejercicio. Examino mi cara en busca de granitos o de nuevas líneas de expresión. Me espanto otra vez. Me embadurno la cara en crema. Me paso y no se absorbe. Me lavo la cara intentando quitar el mejunje. Me pongo la ropa interior, cuelgo las toallas para que se sequen, las mías y las tuyas que yacen en el suelo empapadas. Recojo mi ropa interior sucia y busco dónde has mandado a parar la tuya cuando te has duchado. Termino por localizarla colgando de la lámpara. Me subo a un taburete a por ella. La llevo al cesto de la ropa sucia. Espero a que el pelo deje de chorrear. Le pongo leave-in conditioner. Protector térmico. Lo desenredo con amor. Me espanto ya por tercera vez al ver la cantidad de pelo que se me ha caído. Me lo seco. Me lo cepillo. Sopeso la conveniencia ora de rizarlo ora de alisarlo basándome en lo que me pienso poner. Saco las tenacillas. Espero a que se calienten. Decido que es mejor alisarlo. Saco las planchas, espero a que se calienten mientras las tenacillas se enfrían. Lo aliso con extremo cuidado. Le aplico serum. Recojo los utensilios de peinado, pongo toallas nuevas, recojo los pelos que han caído por ahí. De paso limpio las salpicaduras que hiciste al secarte a lo perro. Recojo los litros de agua que te has apañado para tirar al suelo pese a que tenemos una hermosa y robusta mampara.
No tengo la misma piel que tú, ni el pelo tan corto y tan agradecido, no tengo tus musculosas piernas ni esa extraña manía de lanzar mi ropa sucia por los lugares más recónditos del baño. Tengo que recoger lo que tú tiras. Así que no, no puedo ir más deprisa y no me calientes mientras escojo qué ponerme porque te lanzo yo a ti un peep-toe a la cabeza.

5. Sí, tengo que cambiarme de ropa cien veces.
Y las que hagan falta hasta que me vea bien. Y, querido novio esto va por ti, tú también te cambias de ropa tres veces y yo no rechisto.
Tú te vistes para salir, te quieres ver mono pero ya. Yo me visto para mí y de paso por si nos encontramos a alguien que no me vea hecha unos zorros. Y los vaqueros que me quedaban bien el mes pasado ya no me sientan bien ahora así que tengo que sacar toda la ropa del armario y buscar unos que no me hagan el culo de Jennifer López, que en ella como es famosa cotiza mucho pero en mí queda como un flan de huevo con vida propia.
Y sí, necesito llevar esos zapatos porque aunque tenga seis parecidos, parecidos no significa iguales. Necesito esos y no otros porque para algo me compré esos y son los que el look requiere y los buscaré y buscaré hasta que aparezcan. Así que más te vale dejar de darme la brasa para que pueda concentrarme y recordar dónde los metí la última vez.

6. Una base de maquillaje no es un corrector y sí, necesito maquillarme para salir.
Tu inmejorable genética te ha dotado de una tersa y aterciopelada piel de un tono uniforme, mate pero sano y sin imperfecciones. Yo tengo marquitas de granos pasados, manchitas y tangliactasias. Así que necesito que el tono se vea uniforme.
No, la base no cubre e ilumina mis ojeras, para eso necesito corrector.
Eso es una prebase, la necesito para que las sombras no hagan pliegues y duren intactas hasta que yo quiera.
Con una capa de máscara de pestañas no hago nada, necesito dos.
Deja el colorete que aún te lo cargas.
Estoy definiendo la cuenca del ojo porque la mía es inexistente y necesito darle definición.
Trae aquí el lápiz que voy a delinearme la línea de las pestañas.
Deja quieto el rizador de pestañas que aún lo das de sí y si se joroba la presión que ejerce en la raíz. No, no es un aparato de tortura medieval, riza las pestañas. Pues porque las pestañas curvadas son más bonitas, ¿no ves que las mías son rectas y lisas como las de una vaca?
Me matifico con polvo porque sino dentro de una hora brillo como un Gusiluz.
Te dije que te ibas a cargar el colorete, te lo dije, te voy a matar. A ver ahora cuál me pongo.
Sí, lápiz de labios fijo y encima un gloss porque los labiales fijos resecan que da gusto y yo ya tengo los labios secos de serie. Pues me pongo el labial fijo primero para que dé colorcito al labio y dure más. Que no, que el gloss se va en nada y dura un asalto, que no me vale con ponerme sólo el gloss.
Mierda, me he manchado el párpado de rimel, ahora tengo que retirar la manchita y volver a aplicar y difuminar la sombra.
Pero ¿¿¿qué has hecho??? ¿Por qué has usado mi sombra negra para hacerte rayas por la cara a lo Rambo? J*der voy a por una toallita, anda, quítate eso de la cara.
C*ño, me he olvidado de contornear e iluminar, ¿ves? ¡Es que me desconcentras y yo así no puedo!

Otro día seguimos con La Incomprensible Postura Del Hombre o por qué les provoca tanto placer recoger sus testículos con una mano mientras leen el periódico en el iPad y por qué nos empeñamos en llevar tacones aunque nos muramos de dolor de pies y volvamos a casa cojeando pero ahora mismo de verdad que tengo que irme a la cama. En serio. C*ño, se me ha hecho tardísimo.