Contacto

Ponte en contacto conmigo: diariodeundramaanunciado@gmail.com

miércoles, 8 de febrero de 2012

El perfume de tus recuerdos.

Verás, yo me compré ese perfume porque olía a ti. Un día fui a una tienda de perfumes y le pedí a una de las dependientas que me encontrase un perfume de mujer que oliese igual que ese perfume de hombre.
Tú no lo sabes pero yo he usado muchas veces en mi vida desodorante y perfume de hombre. Encuentro que muchas fragancias masculinas huelen mucho más a mí que las de mujer. Yo, con mis pendientes de perla y mi perfume de hombre, como siempre una contradicción.
El caso es que por algún motivo no quería usar tu perfume. Quería que oliese a mujer pero no a una mujer cualquiera, quería que oliese a mí cuando yo venía de estar contigo, con mi pelo enredado en tu ropa. Si sólo se me hubiese enredado en pelo en tu ropa y nada más...
Así que lo encontré y sin dudarlo, lo compré. Lo usé hasta la extenuación, con cuidado, sólo unas gotas cada vez porque cuando yo venía de estar contigo no olía a ti como si me hubiese bañado en tu perfume, era una nota más o menos sutil que me esforzaba por recuperar de mi pelo, de mis manos. Una nota que no quería que se perdiese entre las sábanas y se hubiese ido cuando despertase.
Un buen día, no voy a decirte por qué, decidí que no podía usarlo más. Que ese perfume me hacía pensar en cosas que no quería recordar, que me transportaba más a recuerdos que a la realidad.
Durante meses, tal vez un año, ese perfume ha adornado una de las estanterías de mi baño. Me he esforzado por encontrar otro perfume con el que me identifique pero no lo he encontrado y como siempre pasa, cansada de buscar, me di por vencida y renuncié a llevar perfume. Yo, que siempre he sentido que si olvidaba ponerme perfume antes de salir de casa, había salido desnuda.
Después de meditarlo mucho ayer decidí recuperar lo que quedaba de ese perfume y usarlo. Un olor conocido. Me esmero en dosificar los recuerdos, las sensaciones. En apartarlos.
Y esta noche he soñado contigo. Con cosas que no quiero ver, cosas que no quiero sentir. Siempre que sueño contigo ahora, te vas. Como dice la canción y te vas y me muero y te pierdes entre la gente. Y quiero seguirte, de verdad que lo intento, busco tu pelo entre la gente y trato de ir detrás de ti pero tú eres más rápido, la gente se interpone entre nosotros y te pierdo. Y otra vez esa sensación de vacío que agujerea el centro del pecho, otra vez la angustia que te paraliza y no te deja despegar los pies del suelo. El regusto amargo en la saliva, la sensación, esa sensación de que siempre te voy a perder, de que nunca voy a poder mantenerte a mi lado, de que por muchas veces que intente reescribir nuestra historia no hay escenario posible en el que consiga que te quedes conmigo. Que siempre será todo igual: yo, clavada en el suelo, inmóvil con las lágrimas como estiletos incrustándoseme en los ojos y en las mejillas viendo como te vas, como te pierdo, sabiendo todo lo que eso conlleva. Yo, sin rumbo, sin hogar, sin ti.. sin nada.
Y como siempre pasa, cansada de buscar, me di por vencida y renuncié a llevar perfume. A soñar. Renuncié a pensar. Como siempre pasa, cansada de buscar, me di por vencida y renuncié a ti.

1 comentario: