Contacto

Ponte en contacto conmigo: diariodeundramaanunciado@gmail.com

viernes, 23 de septiembre de 2011

Antics.

Se dice que el hombre es un animal de rutinas. En general a la gente la rutina le da seguridad. Los niños necesitan de una rutina para su correcto desarrollo.
Yo, una vez más, tenía que ser diferente.
Cada vez que me asiento en una rutina, me entra el pánico. Me agobio, me ahogo, me pierdo. Empiezo a no poder dormir, a no verle sentido a nada, a sentirme una autómata.
Y salgo corriendo. Lo dejo todo empantanado donde está y salgo por patas sin previo aviso.
Me da la vena y me embarco en una nueva aventura que al principio me parece prometedora pero que sé, porque ya me voy conociendo a mí misma, que tarde o temprano abandonaré de la peor manera porque terminará por estrangularme también.
Y así me pasa con todo.
No es que necesite cambiar los sitios a los que voy, la gente que conozco, no es que me tenga que apuntar a clases de skate o yoga, no es que me corte el pelo y me cambie el color (aunque a veces sí, lo reconozco) No es que tenga que tirarme en parapente o tenga que hacer puenting.
Yo necesitaría ser cada día una cosa, tener cada día una vida distinta. Hoy ser abogada, mañana escaparatista, pasado maquilladora, al siguiente médico y así eternamente, sin hacer nunca lo mismo más de una semana seguida.
El problema, porque alguno más tenía que haber, es que eso es imposible. No se puede cambiar de vida cada semana. No puedo cambiarme a mí misma cada semana.
De modo que sé que tarde o temprano acabaré por agobiarme, ahogarme y estrangularme a mí misma. Y tal vez sea la solución.

1 comentario:

  1. Yo siento todo eso que dices...
    con la única diferencia que a mí lo que me motiva a seguir viviendo es la idea de que algún día abandonaré este lugar donde vivo ahora y odio con todas mis fuerzas
    y lo peor de todo es que nadie lo entiende.

    xxx

    ResponderEliminar